jueves, 14 de junio de 2012

Desaparecido quiere decir desaparecido


 
 - Hay palabras que deberían ser retiradas del diccionario...
- Qué mal que arrancamos, Ferretti.
- ¿Vio que algunos clubes de fútbol sacan de circulación el número de una camiseta en homenaje al ídolo que se despide? No habrá ninguno igual, no habrá ninguno. De allí para adelante ese número remitirá únicamente a ese jugador y nadie más podrá utilizarlo.
- ¿Y de qué forma eso vendría a validar su idea de expurgar el mataburros?
- Hay palabras, me parece, que la historia funde con su significado: combinaciones de fonemas que, aunque técnicamente podrían aludir a múltiples realidades parecidas entre sí, acaban definiendo un objeto único e inconfundible. Fíjese, por ejemplo, la palabra "desaparecido". Para cualquier argentino mayor de cincuenta años, "desaparecido" quiere decir una sola cosa; una palabra que se me ocurre inventada expresamente para describir la más dolorosa, perfecta y perversa expresión de la crueldad humana.
- No creo, Ferretti, que vaya a solucionar el tema arrancándola del diccionario.
- Su literalidad a veces me irrita. Era una exageración didáctica. Lo que quiero decir es que su pertenencia al lenguaje la expone a ser utilizada metafóricamente casi siempre con la intención de tergiversar su significado insustituible.
- Cuando Lanata se considera un "desaparecido"...
- ...Está falseando una historia, se está desmintiendo a sí mismo, y no creo que su intención sea otra que provocar, engordar el rating y reafirmar su condición de opositor al gobierno. En cualquier caso, tiene el derecho, y la inmensa suerte, de poder decir lo que muchos no pudieron.
- "Dictadura" es otra de esas palabritas que suele experimentar curiosas mutaciones semánticas, según quien las pronuncie.
- Le confieso -confiesa Ferretti- que me asustó un poco comprobar con qué facilidad y con qué odio brotaba de las bocas de chicas de 16 o 17 años durante los últimos cacerolazos. Alguien les explicó mal alguna cosa. Porque convengamos que, por obvias razones cronológicas, no les ha tocado vivir ninguna dictadura.
- Persecuciones, cárcel, tortura, clausura del Congreso, censura previa, intervención de las universidades, alternancia en el poder de militares ágrafos que se elegían y desplazaban entre ellos. ¿Qué saben, Ferretti, estos jóvenes airados de los ecos que desde la caverna de la historia nos devuelve la palabra "dictadura"?
- Es curioso. En estos días en los que hay gente que reclama contra la corrupción, que pide que la dejen comprar dólares, que rechaza el revalúo de la pampa, a nosotros nos da por defender nuestros depósitos verbales.
- Falta de códigos, diría el estructuralista contemporáneo Ricardo Caruso Lombardi.
- Usted se ríe, pero déjeme leerle algo que salió esta semana en los medios.
- Avanti, Ferretti
- Todo es razonable y Jesús es el Señor de la locura y los quiere locos por la vida, para que den la vida por los demás, para que sean fecundos, para que no terminen estrolados en una casa de salud. Textual
- ¿Charly García? -arriesgo casi sin pensar
- Le erró. Pruebe, le doy otra oportunidad...
- Me rindo, Ferretti.
- Es parte de la arenga con que monseñor Bergoglio recibió a los chicos que se dirigían a Plaza de Mayo el día de Corpus Christi.
- Me lo perdí: yo trato de no pasar por Plaza de Mayo en la semana de Corpus Christi. Pero debo aceptar que también él ha modernizado su lenguaje.
- No crea. Cinco minutos antes había llamado a los diputados "mercaderes de la muerte". Pero me parece que se refería sólo a los que están a favor de la despenalización de la droga.
- Ese tema lo pone de la cabeza. Digo, en tren de robar vocabulario.
- Si quiere saber la verdad -amenaza Ferretti-, yo no tenía una posición muy clara respecto del asunto. Y esa frasecita de la locura acabó por convencerme.
- ¿Ahora está a favor o en contra?
- El voto es secreto. ¿Usted que piensa? De la frasecita, digo.
- Nunca estuve tan absolutamente en desacuerdo con algo. Para empezar, y nunca pude evitarlo, confío más en la cordura que en la estulticia. Para seguir, no quiero que nadie dé la vida por nada. Fecundos, ok, pero que usen preservativo. Y, por último, prefiero que terminen estrolados en una casa de salud a que aparezcan tirados y golpeados en el patio de una comisaría..

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