sábado, 31 de enero de 2009

Otro mundo es posible

Me parece una buena noticia y una buena nota. Dos cosas que dijo Lula: “otro mundo es posible” y “la quiebra del dios mercado”. A lo mejor deja de ser una utopía pensar que una economía más humana es posible, que otros valores vuelven a tener sentido a la hora de tomar decisiones político-económicas.

También es muy valioso lo de Evo Morales. Otros discursos, otro mundo es posible?

Ahí va la nota:

Por Sandra Russo

Desde Belém do Pará

“El mundo desarrollado decía lo que teníamos que hacer en América latina, parecían infalibles y nosotros incompetentes, nos vendieron que el Estado no podía nada y que el mercado desarrollaría nuestros países, y ese mercado quebró por falta de responsabilidad y control, la palabra de orden de hoy es: otro mundo es posible, y aún más, es necesario e imprescindible que busquemos un nuevo orden.” Hubo una ovación cuando dijo “otro mundo es posible” y otra más cuando habló de la “quiebra del dios mercado”. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no había participado del encuentro entre los presidentes de Paraguay, Venezuela, Ecuador y Bolivia con los movimientos sociales, el jueves, sencillamente porque no fue invitado por los organizadores de ese acto puntual, que fueron los miembros del MST, los Trabajadores Sin Tierra. Pero el hangar de la Universidad Estadual todavía no había recuperado su aspecto habitual de gimnasio, cuando otro encuentro se llevó a cabo por la noche, y allí sí se sumó Lula a Fernando Lugo, Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales.

Allí, en el hangar de la Universidad de Belém, bajo un calor denso y pastoso, Lula reivindicó el rol del Estado en el contexto de la crisis global, para garantizar el empleo y la continuidad de los procesos productivos regionales. Como político en funciones hizo también anuncios que para muchos sonaron a electorales y fuera del contexto del debate del Foro, como la suba del salario mínimo y la creación de un millón de viviendas.

Con su estilo didáctico a veces, y agitativo en otros momentos, Lula dijo que aún no se sabe cuál es el piso de la actual crisis. El debate del que participó junto a sus colegas presidentes, a última hora del jueves, se llamó “América latina y los desafíos de la crisis internacional”. “La crisis está llegando a América latina. Hay recesión en Estados Unidos y Europa. En esta crisis el Estado tiene que asumir las inversiones. Vamos a anunciar la construcción de 500.000 casas en 2009 y otras 500.000 en 2010. Petrobras va a invertir 174.000 millones de dólares hasta 2012 para mantener puestos de trabajo”, dijo Lula, que alguna vez fue abucheado en el FSM. En esta oportunidad, sin embargo, el público le fue favorable y hasta entusiasta, fue recibido con respeto y vivado varias veces durante su intervención.

El auditorio estaba desbordado por unos 10.000 participantes, entre dirigentes sociales, indígenas, estudiantes y activistas ambientales, que lo aplaudieron cuando indicó que hasta hace poco los países centrales dictaban todas las recetas, “y ahora la crisis es de ellos”.

“Esta crisis no nació por causa del socialismo bolivariano de Chávez, o por Evo, sino porque en los años ’80 y ’90 el Consenso de Wa-shington estableció que nuestros Estados no debían intervenir para nada”, dijo, en la misma línea que los otros cuatro presidentes presentes. “Me cansé de ir a Londres o a Nueva York a debates con yuppies de 30 años que decían lo que tenía que hacer Brasil y ni siquiera sabían dónde quedaba.” Con ironía invitó a “esos yuppies” a que vayan a decirle “a nuestro querido Obama” lo que tiene que hacer ahora. Con relación a medidas proteccionistas que comienzan a anunciar las economías centrales para protegerse de la crisis, Lula señaló que “en este momento, el proteccionismo va a agrandar la crisis, no a resolverla. Es importante que los países ricos no olviden nunca que han sido ellos los que inventaron esta historia de que el comercio podría fluir libremente. Tenemos muchas esperanzas de que el nuevo presidente estadounidense, Barack Obama, tome decisiones para resolver esta crisis y no deje que los pobres paguen los platos rotos”.

Lula habló del “dios mercado” que “quebró” por falta de controles estatales y arremetió contra los protagonistas de ese proceso: “Esos banqueros que miden el riesgo de nuestro país cerraron la boca”. Y agregó: “La crisis es una oportunidad para devolver a aquellos que decían saber más que nosotros cómo tratar el problema del desempleo. Hasta ahora sólo cuidaron el problema de los banqueros. Yo les puedo asegurar que aquí el pueblo pobre no es el que va a pagar el precio de esta crisis”. Mencionó que también habían sido invitados pero no habían podido asistir “la compañera presidenta Cristina, de Argentina, la compañera Michelle Bachelet, de Chile, y el compañero Tabaré Vázquez”.

Lugo, Chávez y Correa retomaron la línea de los discursos que habían pronunciado un rato antes ante los movimientos sociales.

Evo Morales, en cambio, fue más allá. Propuso concretamente emprender tres campañas mundiales. Una, por la paz y la justicia, para llevar a los responsables de las guerras genocidas a los tribunales y acabar con el derecho de veto del Consejo de Seguridad de la ONU. “Tenemos que acabar con la monarquía de Naciones Unidas; no es posible que un país tenga más poder que 190, que el derecho internacional se aplique por igual para todos”, dijo, a lo que siguió una estruendosa ovación. La segunda propuesta, fue a favor de un “nuevo orden económico internacional basado en la solidaridad, justicia y complementariedad entre las naciones”, que reforme instituciones financieras y comerciales internacionales. “El Banco Mundial –reclamó– el FMI y la Organización Mundial del Comercio (OMC) tienen que ser profundamente transformados si quieren ser instituciones financieras al servicio del pueblo. No podemos permitir que se maquillen para seguir como están.”

La tercera campaña que propuso el presidente boliviano consiste en movilizarse para salvar el planeta. Ello implica “cambiar los patrones de consumo. La madre tierra es nuestro hogar, la fuente de nuestra vida. Si los pueblos del mundo no somos capaces de sepultar al capitalismo, el capitalismo sepultará al planeta Tierra”, dijo Evo, en la línea que será uno de los balances más importantes de este foro: la elevación de la agenda del medio ambiente como una bandera política y común a los países de la región.

sábado, 3 de enero de 2009

Que la paz jamás sea un lugar común

Encontré hoy en el correo de lectores de Ñ esta carta firmada por Walter Ianelli.

La impotencia y el acostumbramiento frente a lo que pasa nos anestesian, y convivimos con las injusticias y el horror de la peor manera: callando y mirando para otro lado.

A mi la carta me ayudó a despertar...otra vez.

Alita

Ante atrocidades tales como Bush en Irak y lo que ahora está pasando en Gaza -nada más que para dar un par de ejemplos-, sólo me queda pensar en Gandhi que decía: "Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala, es el silencio de la gente buena".

Quizá la figura de Gandhi resulte un tanto retórica y pomposa para el mundo a veces demasiado racionalista y amoral de los escritores, pero definitivamente hay cosas que están bien y otras que son una verdadera porquería, como lo es la imposición de poder a través de las armas y el hambre. Ojalá tengamos en estos días aunque más no sea el 5% de las pelotas de este tipo que quiso cambiar el mundo empezando por él mismo.

"Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podemos mirarlos a los ojos y decirles que vivimos así porque no nos animamos a pelear" decía Mahatma.

Los mensajes "blancos" me embolan, y por lo general me parece que pecan de tantas obviedades que son algo así como un monumento al lugar común. Sin embargo el lugar común es necesario: es importante que todos sepamos sin necesidad de que alguien nos lo diga que matar a otro no es un acto noble. Aunque la idea de la paz y la necesidad de encontrarla debiera ser el gran lugar común del tiempo que corre, puede convertirse en idea original si nos quedamos callados.

Me resisto a pensar en que, a pesar de que la violencia parece ser propia de la naturaleza del ser humano, debamos naturalizar la violencia.

Que todos tengan un 2009 diferente, es mi deseo. No nos quedemos en silencio.

WALTER IANELLI

Antes y ahora

No leo los diarios todos los días. Hoy sí, y encontré esta nota.

Me gustó mucho, muchísimo. Ahí va:


Patrón y empleado juegan en la plaza

Por Sandra Russo

Señor, quiero ir al acto del colegio de mis hijos.
-Pero usted firmó un contrato full time.
-Pero son mis hijos...
-Pero usted es mi empleado...
-¿Y si hacemos los actos de mis hijos en el trabajo?
-Eso sería justo.

Este diálogo desopilante es el que sostienen, mientras suben y bajan en un juego de plaza, un hombre trajeado y otro hombre vestido de civil. La voz en off habla sobre la necesidad de buscar un equilibrio. La propaganda vende barritas de cereal.

La escena es la puesta en escena de un conflicto laboral postflexibilización y preperonista al mismo tiempo. Hay un hombre en manos de otro. El conflicto al parecer escamotea lo laboral para dirigirse a las lealtades familiares o afectivas. Pero al dirigirse hacia allí, directamente, hacia el núcleo más íntimo y duro de lo que el empleado tiene todavía de hombre, el diálogo escupe lo laboral, lo eructa tan fuerte que provoca revulsión. Hay un hombre cuyo tiempo no le pertenece; un hombre cuyas ocupaciones y emociones pelean en forma constante. Ese hombre pero también su patrón dirimen el problema en un subibaja: es cierto que razonan como lo harían chicos de cinco años jugando al jefe y al empleado, pero la escena de plaza es un intento por sumarle falsa carga a la idea de equilibrio.

¿Quién es ese idiota que le pide al patrón permiso para ir al acto escolar de sus hijos? ¿Quién es ese otro idiota que le contesta "firmaste el contrato, fuiste"? ¿Qué sentirían los hijos del empleado al ver a su padre en el subibaja, sin animarse a hablar de derechos, apenas suspirando impotente "pero son mis hijos"? ¿Qué otra cosa es el equilibrio al que llegan si no el de privatizar el patio escolar y trasladarlo a la empresa? En la última recesión que hemos vivido, no hubo trabajadores. En el 2002 lo que había eran desocupados. No había calles cortadas por los gremios, porque no había conflictos gremiales. Había desocupación y piqueteros, cartoneros, infinitas sombras nocturnas de almas en busca de alimentos vencidos.

Hoy tenemos un Congreso visible y tonificado. Hay cruces fuertes, caras horribles, caras nuevas, pero quedó muy lejos ese otro Congreso que vendía leyes y al que esta sociedad y sus comunicadores más puristas le tendieron un rápido manto de olvido. Los robos augurados o profetizados les roban cámara a los robos ya consumados, que están a la vista y algunos de cuyos beneficiarios siguen sentados en su banca, porque hubo quien los votó.

La etapa que comienza, con la lucha por preservar el empleo y las empresas tentadas nuevamente con las probables o presuntas listas de despidos que en estas épocas enloquecen a los que están en ellas y a los que no también, será distinta. Un trabajador no se va a la plaza a dirimir sus problemas laborales. Un trabajador es alguien consciente de que brinda su fuerza de trabajo en determinadas condiciones a cambio de un salario, pero que ningún trato equilibrado puede incluir su vida completa. A eso se le sigue llamando esclavitud. Sería deseable que los creativos de barritas de cereales repensaran un poco más sus ideas locas.